Amanecer con aroma de café
La combinación es perfecta: el amanecer en lontananza y un delicioso café en las manos.
Mis ojos aspiran la belleza y la esperanza que siempre llega con un nuevo día, y mi olfato captura y memoriza el aroma que emana del termo que abrazo con las manos.
Del café brota una fragancia distinta a la que dejan escapar las partículas mimetizadas del grano. Debe ser el amor que en cada etapa recibió y que ahora se vuelca incontrolable a mi favor.
Veo la carretera coronada por un sol tímido y pienso en el agricultor que acarició cada hoja del cafeto, mientras crecían y al colectarlo; imagino a mujeres tostándolo con ternura para darle la temperatura exacta que magnifique su sabor.
Viene de muy lejos este café. De la Parroquia, Veracruz.
Nada como la suave penumbra previa al amanecer para degustar su sabor, y aspirar todo ese amor que diversas manos le han impregnado en el camino que siguió, desde la siembra, cosecha, tostado, traslado y finalmente en su preparación, todo para que yo lo disfrute en un amanecer sabatino que me llena de esperanza en que la Vida siempre puede abrirse paso hasta la felicidad, que se puede encontrar hasta en un delicioso café matutino.
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