Mi Cielo
He tocado el Cielo.
Estaba ahí, a mi alcance, lo acaricie con mis manos, lo acune en mis brazos, luego de tenerlo tanto tiempo sólo en mi mente, y a veces, en la lejanía, perdido en mis ojos.
Para alcanzar el Cielo no basta una escalera grande y una chiquita, como dice La Bamba.
Se necesita ser muy alto para tocarlo, o muy bueno para alcanzarlo, y yo ni soy tan alto, ni soy tan bueno. Sólo quedaba la perseverancia.
Y hallar el lugar y el momento adecuado.
Lo encontré, y el Cielo fue mío. Es mío, porque quien lo alcanza, lo conserva para siempre.
Es un Cielo hermoso, diáfano, aunque a veces aparecen algunos nubarrones. Pero la experiencia me enseñó que siempre serán momentáneos, y cuando se van, aparece nuevamente la belleza azul del firmamento.
Hay días en que no aparece, pero siempre está ahí, nunca falla.
Es mi Cielo, el que logré alcanzar, aunque haya tenido que viajar muchos kilómetros y escalar un montón de montañas para alcanzarlo.
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