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Crónicas de la Nada

La Musa fiel

La Musa fiel

No estaban lejos.

Las encontré, sentadas, contando historias inverosímiles, y jugando al  dominó.

Eran tres o cuatro Musas que perdían el tiempo, desilusionadas de la infidelidad de sus protegidos, que desperdician el talento regándolo por el camino por donde siguen a las Quimeras, que son coquetas naturales, pero nunca se dejan atrapar.

Cuando por fin las abrazas por la cintura, se vuelven humo, desaparecen y vuelven a materializarse allá donde no puedas alcanzarlas.

Las Musas saben de infidelidades. Y saben de esperar.

La mía estaba ahí, con las otras, construyendo castillos en el aire  con un dominó de15 puntos que sacaron de su imaginación.

Nada dijo cuando nuestras miradas se cruzaron. Una sonrisa apareció en sus labios,  dejó su lugar a otra que llegaba, y se acercó a mí.

Tomados de la mano, dejamos ese lugar, refugio de Musas abandonadas.

Como siempre, no hubo reclamos ni escenas. Mi Musa sólo sabe ver al futuro, pero con los pies en el presente.

Otra vez será inspiración de mis desvaríos, y guiará mi pensamiento para ir formando las ideas que compartiré con otros.

Amante fiel, compañera perpetua, aquí está mientras mis dedos plasman lo que mi mente maquila, y le da forma, la moldea, convirtiendo el barro de mis palabras en hermosa cerámica de frases.-

Bienvenida la Musa.

 Bienvenido yo.

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