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Crónicas de la Nada

El regalo

El regalo

No era muy grande el regalo, pero para el pequeño, que nunca recibía nada, era como si un rey de la antigüedad estuviera compartiendo con él su tesoro.

Para los mayores, quizá era un acto de caridad, de esos que nos ayudan a tener tranquila la conciencia.

Aprovéchate de muchos, y dale algo a unos pocos. Pero que todos los vean, para crear imagen de benévolo.

Al niño nada de eso le interesaba, sólo el regalo que le dieron. Lo vio con ansia desde el primer minuto, seguro de que era para él.

Intentó adivinar qué era, pero no pudo. Eran tantas sus necesidades, sus deseos, que todo quería.

Optó por esperar a que se diera el protocolo, las fotos, los discursos, y al fin, recibió su regalo. Balbució un gracias, y abrió goloso la bolsa que le dieron.

Era un juguetito y unos dulces. Suficiente. Para el espíritu infantil, era suficiente. Si hubiera sido sólo una paleta, lo hubiera gozado igual.

En su vida nunca había recibido nada comprado especialmente para él.

Un juguetito tan simple, que los hijos de quienes se los dieron, seguramente ni lo hubieran tomado.

Pero para él, hijo de la pobreza, era un logro tenerlo. Quizá dentro de 50 años, ahí lo tendrá.

Y si no lo conserva, porque la pobreza todo arrebata, seguro lo recordará.

 

Enero 19 de 2010

 

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