La Navidad
Llegó Navidad, tan pronto que casi ni la esperábamos.
No dio tiempo ni de poner el piño tradicional, y apenas alcanzamos a envolver regalos.
Desafiamos al tiempo y a la crisis y nos pusimos a envolver regalos para los niños, y para los abuelos. Para los primeros, porque su ilusión nada sabe de dificultades, y para los segundos, porque sabemos que cada Navidad es una oportunidad de decirles que los queremos, quizá la última.
Aunque a veces no sepan como responder.
Es tan bella la Navidad, porque aflora nuestros buenos sentimientos, y nos hace alzar la copa para brindar por aquellos menos afortunados que nosotros.
Debo reconocerlo, en estos momentos, siento a todos menos afortunados que yo.
La vida sonríe, nos regala, nos seduce, nos acompaña y da suerte.
Quizá no como a otros, pero me da lo que necesito: amor para corresponder, regalos que disfrutar, una familia que compartir, salud para hacer todo lo que se me ocurra. Y amigos para compartir momentos inolvidables.
No hace falta dinero en la cartera, y hay suficiente comida en la alacena. El techo de la casa no se caerá hoy.
Vaya, son día de felicidad y los pequeños detalles no importan. Podemos sortearlos.
Diciembre 25 de 2009
0 comentarios