El pasado
Si pudiera volver al pasado, elegiría cualquier momento donde no estuviera.
Quizá –si incluyera trasladarse a cualquier parte del mundo- iría a la época donde los mexicanos éramos sólo civilizaciones que buscaban la paz, el conocimiento y la religiosidad.
Los españoles llegaron a echar a perder todo. La cultura, las construcciones, la medicina, la raza. Todo se destruyó por la ambición de los conquistadores.
Ojalá hubieran sido los romanos los que hubieran llegado, porque ellos respetaron cada civilización y supieron tomar lo mejor de cada una, para mejorarlo.
Los aztecas, cuando dominaron el país, sólo pedían tributo, pero no acababan con los conquistados.
Los españoles que llegaron fueron distintos. Se sintieron dueños de la verdad absoluta y nos hicieron tragar su religión, sus creencias, sus mitos y sus traumas.
Intimaron con las mujeres del país y formaron esa amalgama que ahora somos. No hubo compasión.
Por eso, si pudiera ir al pasado, iría a ver esas culturas que no conocimos. Quizá encontraríamos muchas sorpresas, y hasta aprenderíamos algo.
Veríamos que no eran bárbaras. Simplemente distintas.
Septiembre 18 de 2009
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