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Crónicas de la Nada

Perros y gatos

Perros y gatos

Los únicos animales que decidieron seguir a Eva y Adán en el exilio fueron el perro y el gato.

Por eso todavía en nuestros tiempos, son los que siempre tienen un lugar en cada hogar.

Hay quien tiene animales exóticos, como iguanas, tortugas, pericos, aves. Pero tienen que tenerlos en jaulas, porque si les dan oportunidad, se van.

El perro y el gato no. Ellos andan sueltos, casi libres, porque el cordel que los ata al hombre y a la mujer es distinto: Son hermanos de personalidad.

Cuando Adán  veía al perro y al gato dormir en casa, como miembros de la familia, se preguntaba el por qué

-Porque son como el hombre y la mujer. Se parecen- le dijo un día Serpiente, otro exiliado a fuerza.

Adán no entendía en qué podía parecerse al perro o al gato. Ellos andan en cuatro patas, él en dos piernas. Él tiene entendimiento, los perros y gatos también, limitado, y más parece instinto o aprendizaje, que razonamiento.

Tampoco hablan. No hay parecido, concluyó Adán.

Serpiente, que siempre ve el alma, por eso ha sobrevivido, le explicó.

Los perros son fieles a una causa, defensores de la propiedad, por naturaleza. Se adaptan a lo que sea, comen lo que pueden o les dejan, saben ser bravos cuando se requiere, aunque sólo asustan la mayoría de las veces.

Los gatos son caprichosos, les gusta ser libres, pero tener siempre a donde llegar. Son enigmáticos, soñadores y perezosos. Nada les gusta, y se creen dueños de todo.

-          La única diferencia es que el perro salió sabiendo que lo necesitas, y porque siente que es tu amigo, y los amigos van a todas.

-          ¿El gato?

-          - No –respondió Serpiente con una sonrisa tan enigmática como la del gato- él los siguió para cuidar sus propiedades.

Será por eso que desde entonces, hombre y mujer viven como perros y gatos.

 

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