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Crónicas de la Nada

El león viajero

El león viajero

No es la selva, pero en la colonia Tampiquito, los leones abundan por doquier.

Hay que tener cuidado, porque acechan por todos lados. Escondidos entre las ramas de los árboles. En los techos, en los patios, vigilando desde lo alto.

Es la colonia Tampiquito, una de las más tradicionales de San Pedro Garza García, donde el león se ha ido convirtiendo en el símbolo de todos. 

Aunque sólo vive en África, en los zoológicos y en los circos, su regia figura está en todos lados: En los pendones de los reyes, afuera de las bibliotecas, en los edificios Públicos, en los cuentos de hadas y en las fábulas.

Entonces, ¿por qué no en Tampiquito?, dice Luis Alvarez, impulsor de la idea.

En ninguna calle hay tantos como en la 21 de Marzo, un largo sendero sin salida. Están en los patios, en los árboles, y hasta sobre las antenas parabólicas.

Los niños los pintan de colores. Blancos con melena de color. Otros quedan como caleidoscopio. Algunos son de colores sobrios, otros psicodélicos.

Un día, Luis y el León emprendieron un viaje por Europa, y después Estados Unidos. Se tomaron cientos de fotografías en calles, edificios y bares.

En Monterrey no pudo hacer lo mismo. Cuando pidió permiso en los municipios, todos lo vieron como bicho raro. A él, no al León.

Así que éste se quedó como rey de Tampiquito.

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