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Crónicas de la Nada

El corazón perdido

El corazón perdido

Parece una pintura sin valor, pero es el corazón de un hombre enamorado.

Y está perdido por algún rincón de esta ciudad.

Abigail Torres, dueña de ese corazón, y por tanto del cuadro, lo busca desesperada, porque de eso depende que recupere su historia de amor.

Ese cuadro tiene una pareja al centro, rodeada por unas alas enormes, con varias frases escritas a mano.

Lo pintó Berardo Vázquez Aceves, hace años, cuando era un adolescente. Pensó que un día, le iba a regalar ese cuadro a la mujer a la que le entregara su corazón, y que todavía no conocía ni imaginaba como era.

Un día, Abigail apareció en su vida. Ella trabajaba en un banco, y el fue a realizar algunas remodelaciones. Ella lo ignoró al principio, pues en los cuentos de hadas, las princesas gerentes no platican con los sapos, sobre todo si parecen albañiles.

A fuerza de constancia y encanto, el sapo se convirtió en príncipe, y el albañil en arquitecto y comenzó la historia de amor. Fue cuando el le entrego su corazón, representado en ese cuadro, tan grande como su amor por ella.

La pintura, de 2 por 1.20 metros quedó colocado en la pared de la que sería su hogar, su nidito de amor.

Pero como en los cuentos de hadas, algo pasó, vino el enojo, ella le devolvió su cuadro, y él le dijo: Es tuyo, porque te lo di junto con mi corazón.

El enojo es mal consejero. Abigail se lo dejó junto a la puerta, por la avenida Aztlán, el pasado domingo. Cinco minutos después se arrepintió y volvió por él, pero ya no estaba.

Desde entonces, busca el corazón de su amado por las calles de Monterrey. No quiere ser un alma en pena por toda la eternidad sino encontrar el final feliz a su historia de amor.

Si alguien ha visto el cuadro, o sabe donde está, puede ser el hada madrina que remiende el par de corazones rotos de esta historia real.

 

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