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Crónicas de la Nada

Fe mundana

Fe mundana

Alrededor de la Basílica de Guadalupe la fe se confunde con lo mundano.

En un mismo espacio, conviven las manifestaciones del fervor que los regiomontanos tienen en la Virgen de Guadalupe, y unos metros más allá, las acciones de todos los dias, rayan en lo pagano.

Así como se rinde culto a la Virgen y a la réplica de la tilma de Juan Diego que existe en el altar mayor, la gente no deja de venerar los churros, ya sean rellenos o simples, los caramelos de sabores y colores, ya sea en forma de bastón o de paleta, y las comidas tradicionales que desde muy  temprano provocan comezón en el olfato y el paladar a los madrugadores.

Desde  temprana hora, la Basílica de Guadalupe, que se ubica en la colonia Independencia, comenzó a tomar vida.

Una familia siguió la  tradición vistiendo a su niña con el manto de la Madre de Dios, otro que disfrazó al niño como Juan Diego. Algunos que llevaron flores.

A un lado del atrio, entre la Basílica y la antigua iglesia, un mar de veladoras hablaba de la fe de la gente. A pesar de que estaba lleno, la gente seguía llegando a dejar una veladora encendida, hacer una oración, y retirarse, con la fe de que la Virgen los había escuchado y pronto se cumpliría el milagro.

 

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