Suicidio gozoso
El personaje inicia su historia platicando que le gusta sentarse a ver como se mata la gente.
Es un policía de un pueblo pequeño, rebelde redimido, con el humor negro que da el contacto permanente con tragedias ajenas, y un fúnebre sentido de la distracción.
Pero luego aclara: no se pone a ver como se cuelgan o se dan un balazo. No, sólo los ve como se van suicidando lentamente.
Se para en la cafetería para mirar al que fuma un cigarrillo tras otro. Ese tendrá cáncer seguro.
Luego admira al gordito que pide dos hamburguesas dobles, con queso y mucho tocino. Grasa al por mayor tapando las arterias.
Gente así, que se va matando lentamente, disfrutando su suicidio.
Dicen que cada siete minutos una persona muere por culpa del cigarrillo. Viéndo optimista, cada siete minutos una persona deja de fumar.
En todo caso, es lo mismo, diferente enfoque, igual resultado.
Todos sabemos que fumar mata, que las grasas traen colesterol y triglicérido, y que estos tapan arterias, y que dan embolias.
Pero lo seguimos haciendo. Seguimos disfrutando nuestro suicidio.
Enero 13 de 2010
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