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Crónicas de la Nada

Sorpresa

Sorpresa

A Àngel le sorprendió saber que el Internet se conectaba por teléfono, y que para navegar en la web, había que prescindir de las llamadas telefónicas.

Más sorprendido quedó Fer de que no se acordará como sufrían porque se cortaba la conexión, y por los regaños de los papás, que a veces necesitaban el teléfono.

Fer tiene 18 años, Ángel 16. en dos años, la tecnología cambió, al grado de que uno no conoció lo que el otro sí.

Si con esa diferencia de edades hay sorpresas, con mayor razón para los que ya cargamos varias décadas en los calendarios.

La última vez que se reunieron los viejos amigos de la primaria, lo más complicado fue mandarle a cada uno un croquis para llegar al lugar del festejo.

Tan fácil que es mandarlo por correo electrónico, dijo alguien. – No le se, batallo mucho- dijo el anfitrión, y mejor se gastó un día completo repartiendo los croquis, cuando la tecnología le hubiera reducido  todo el esfuerzo a cinco minutos. Y sin pararse de su escritorio.

La tecnología avanza al ritmo de los niños. Los otros, no siempre aguantamos la velocidad.

Pero no es para preocuparse. Ya ven, Fer, con 18 años, se vio “viejo” frente al adolescente de 16.

Es un consuelo enorme para lo cuarentones.

 

Dic 11 de 2010

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