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Crónicas de la Nada

Amigos

Amigos

Dice Eduardo Padilla que no somos amigos.

-          Nunca me has llamado por teléfono, ni me has invitado a tu casa, ni tus hijos han jugado con los míos, me dice para justificar su postura-, que luego reconoce, se plagio de una película americana.

Lo descubrí porque no tiene hijos.

No carece de razón, después de todo. Cualquiera se dice amigo porque convive contigo en el trabajo, en la calle, en el bar. Y no conoces a su familia, ni su casa, ni su vida, Y los ves de cuando en cuando.

Con ese punto de vista, resulta que la mitad de mis amigos no lo son.

Entonces yo me equivoco porque tengo amigos que no he visto en años, o que los conocí de adolescentes y ahora no se con quién viven, si tienen hijos y cómo son estos.

A Mario, por ejemplo no lo he visto en diez años, por lo menos, aunque de vez en cuando sale en las platicas, y sus hermanos que sí me encuentro, me platiquen de él.

Y yo lo sigo considerando amigo.

Juan Manuel vive en el DF, pero de vez en cuando me habla por radio, Y nunca he podido verlo cuando voy para allá ni cuando viene para acá. De hecho, una sola vez lo ví, en una playa muy lejana tanto de su casa como de la mía. Pero es mi amigo.

Sé que Javier tiene dos hijos, pero no los conozco, Pero él es mi amigo.

Y así podría ennumerar a un montón más. Son mis amigos porque los estimo y me estiman.

Así de simple. No por la frecuencia con que nos veamos.

No importa lo que diga Eduardo. Ya sonará el teléfono.

 

Noviembre 28 de 2009

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