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Crónicas de la Nada

Las urracas

Las urracas

Bajaron las urracas del alambre y se mezclaron con las palomas.

Las urracas estaban acostumbradas a vivir en el alambre o en las ramas de los árboles. Desde ahí ven lo que pasa en el mundo. Tal vez se sienten discriminadas por su color, pero cuando vieron que las palomas ni son tan blancas, ni son tan limpias, ni son tan formales, decidieron que también ellas podían bajar del alambre.

Las urracas son discretas cuando son pocas. Cuando se juntan se vuelven ruidosas y no hay quien soporte su alharaca, porque platican de mil cosas como si no se hubiesen visto en años.

Las dos urracas que decidieron bajar del alambre hacen poco escándalo, como si estuviesen disfrazadas de palomas.

El negro de sus plumas brilla pese a la escasa luz que les llega por la mañana nublada, mientras buscan sobre el suelo cualquier mendrugo que puedan llevarse a la boca para que llegue a su estómago.

Descubrieron que la vida es para todos, no sólo para las palomas, y que en las alturas se puede observar todo con un ángulo preferencial, pero que es abajo donde está la vida y donde se puede disfrutar.

Nadie las molestó. Nadie las notó. se confundieron con las palomas, y descubrieron que también pueden ser emisarios de paz.

 

Noviembre 13 de 2009

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