Aprendiendo de la Vida
Hay tantas cosas que aprender en la vida.
Lo primero, y que a veces dejamos para el último, es aprender a vivir. Nos pasamos el tiempo viendo como se mueven las manecillas del reloj, y no vemos el sol en su diario girar.
Contemplamos caer las hojas del calendario, y nunca nos preocupamos por ver como caen las hojas de los árboles y como vuelven a crecer.
Tenemos tantos milagros en la vida diaria, que nos los percibimos, ni los disfrutamos.
Es tan corta, sin embargo, que se va diluyendo entre las horas, como el agua entre las peñas que intentan detener el agua en los ríos.
Mucho hay por aprender. Yo sólo intento aprender a vivir. A disfrutar una puesta de sol, y a poder conversar con los hijos.
A amar a una mujer, y compartir el mundo con ella.
A disfrutar el trabajo, y triunfar porque sé hacer lo que hago.
Es apenas una pizca de las cosas que quisiera aprender. Pero si no inició en eso, lo demás no lo aprenderé.
Cada día inició el aprendizaje, porque lo que llevo no es nada frente a lo que falta.
Cada día lo disfruto, aprendiendo, aunque al final de la vida, me dé cuenta que nada alcance a aprender.
O quién sabe.
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