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Crónicas de la Nada

Lilith

Lilith

Antes de Eva, hubo otra mujer: Lilith.

Hay mil historias sobre ella, pero todas coinciden en algo.

Lilith fue creada por Dios al mismo tiempo que Adán, y del mismo barro. Hay quienes dicen que el barro estaba sucio. Quién sabe.

Ella se sentía igual que Adán, con los mismos derechos y albedrío, y Dios así lo permitió.

Lilith era hermosa, con una personalidad cautivante. Inteligente, agradable, preparada, sensual. La mejor obra de Dios.

Adán la deseaba. La amaba. Estaba subyugado con ella. Era como una diosa de carne para él.

Sus noches de pasión hicieron historia en el paraíso.

Los problemas empezaron porque Lilith no aceptó que Adán estuviera sobre ella cuando hacían el amor. Si eran iguales, porque él tenía que estar por arriba.

Lilit se sentía ofendida por la postura acostada que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual».

Hay que ver que Adán no era muy imaginativo para el sexo. Ni era tierno, pues sólo quería su satisfacción. No pensaba en ella.

Sí la amaba, pero no razonaba.

Lilith no lo aceptó más en sus noches. Adán lloró, le suplicó, pero Pero Lilith no se conmovió. Ella exigía sus derechos, y él no lo aceptaba.

 Cuando él quiso obligarla, Lilith pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y se fue para siempre de la vida de Adán.

Cuentan las leyendas que Lilith encontró otros seres, demonios o vayan ustedes a saber qué, con los que convivió, y donde encontró el placer del sexo total.

Luego se dedicó a seducir jóvenes y robar niños, pero seguramente todo eso es sólo parte de una mala reputación que le fueron creando. Así pasa cuando una mujer se vuelve independiente en todos los órdenes de la vida.

Conmovido por el dolor de Adán, Dios lo durmió, le borró la memoria, le sacó una costilla y creó a Eva, igual de hermosa, más complaciente, y con un aspecto virginal.

Adán fue feliz con ella, pero de pronto siente una nostalgia inexplicable. Es que su mente la intuye aunque no lo recuerda.

Eva lo adivina, y estalla en celos sin explicación. También la intuye, aunque no lo sepa.

Es el castigo de Adán.

 

Febrero 22 de 2009

1 comentario

Peregrina -

Bien por lilith que defendió su ideoligía...pero es cierto?? jejeje, me gusto encontrar por acá a un regio...
saludos!