La foto
Faltó gente en la foto.
Nadie sobraba, ni había huecos, pero faltó gente.
Hasta el fotógrafo estaba porque la magia de la tecnología le permite tomar su foto y aparecer en ella. Sólo requiere un poco de agilidad, aunque los cinco metros que recorrió en 12 segundos, no le van a dar un récord mundial.
Dice que cuando preparó su foto, no pensó en quienes estaban. Tampoco en los que faltaban.
Simplemente vio un grupo contento, amistoso, que merecía ser inmortalizado mientras dure el papel.
Así surgió la foto. En ella cada quien muestra su personalidad. Un rostro muestra propiedad, como corresponde a un maestro. Pero la maestra tiene una sonrisa mayor que la de la media luna que nos veía en el cielo.
Como siempre, no faltó el que quiso llamar la atención y alzó su copa de metal llena de cerveza.
La pareja siempre sonriente, pero sin excesos. Los esposos que se fueron al frente ante la falta de sillas para subirse.
Ella, guapa, claro. Y el fotógrafo que nadie supo cuando se metió en la historia.
Todos posaron en un momento de inspiración.
Los que se fueron, no alcanzaron. No sabían que la primera inspiración sería del fotógrafo.
Ojalá hubieran ahuyentado el sueño unos minutos más. Ojalá se hubieran mezclado con todos.
Ya habrá otra oportunidad. La cámara lo dice.
Febrero 20 de 2009
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