Blogia
Crónicas de la Nada

La visita

La visita

Se presentó de improviso.

Como una antigua amante que evocas para llenar de color alguna tarde gris.

Llegó tan inesperadamente, que no pude evitar abriera la tapa del viejo baúl donde se almacenan los recuerdos.

Fue una visita fugaz, como todas las que siguen grabadas en mi memoria. Aquellas donde se quedaba durante horas o días, y se convertía en una caja de Pandora, simplemente las borre hace tiempo.

La prefiero así, como un destello en el tiempo, porque entonces puedo volver años atrás a épocas de inocencia y despreocupación.

No percibí que se acercaba, sino hasta que tamborileó con sus dedos en los vidrios de las ventanas. Entonces la vi, gallarda, altiva, abrazando a todo el que sorprendió con su llegada.

Hace años, hubiera corrido a dejarme atrapar en sus brazos. Hubiera permitido que me envolviera, alborotara mi cabello y luego hubiéramos corrido juntos hasta que nos alcanzara el cansancio.

Ahora no. Abandone en blanco la página en la computadora –otros tiempos hubiera sido la pluma- y me limite a verla tras la ventana.

Ah, si al menos me aceptara una taza de café, para revivir el pasado en que éramos creaturas felices.

Deje que se fuera. Así, tan inesperadamente como llegó

Pues hoy, al menos en mi ciudad, la Lluvia dejó de ser poética.

0 comentarios