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Crónicas de la Nada

Tiempo amigo

Tiempo amigo

El Tiempo es un amigo fiel que nunca nos abandona.

Es sincero como un espejo, e implacable sin distingos. Nos va acompañando en cada paso del camino, y nunca dejamos de verlo, aunque parezca siempre un Tiempo distinto.

A veces, parece malo, otros excelente. Es el mismo Tiempo, que no nos deja ni un instante, porque a cada momento va cargando con nuestros recuerdos, aunque algunos parecen quedarse a la orilla del camino, la verdad es que los trae entre sus innumerables bolsillos.

Se le pueden perder por el olvido, pero siempre los traerá, y se acuerda de repente, y los saca para mostrárnoslo, y probarnos que sí los conserva.

Es el Tiempo el que va colocando pequeñas arrugas en la piel, tan finísimas que no se perciben, sino hasta que se van acumulando y se convierten en cuarteaduras. Igual va inoculando en el cabello y en el alma las canas, hasta que terminamos con una cabeza tan blanca como era nuestra alma de niños.

Debe ser que usa la blancura del alma para pintar el cabello. Por eso a veces nos volvemos desalmados con los años.

También es tierno. Nos toma de la mano para llevarnos por senderos menos escabrosos, y con nuestros recuerdos que él convierte en experiencias, nos va evitando sinsabores y desventuras.

Y si sabemos convivir con él, siempre nos dará algo de sí, para tener Tiempo para descansar, Tiempo para amar, Tiempo para convivir con los seres que amamos, Tiempo para escaparse a las rutinas y las obligaciones, Tiempo para trabajar.  El Tiempo es inagotable e incansable.

Sólo que de pronto recuerda que es justiciero, y es cuando nos comienza a dejar que carguemos con nuestros propios recuerdos, y el cuerpo se nos va doblando y achicando de tanto peso que llevamos en las espaldas por culpa del Tiempo.

Nos volvemos viejos, aunque luchemos por evitarlo.

Y cuando el Tiempo nos ve muy cansados, de pronto parece que se nos acaba. No es así, es tan buen amigo el Tiempo, que se renueva, y nos prepara un Tiempo rejuvenecido, en algún otro mundo, que no conocemos.

Ahí tendremos otra oportunidad.

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