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Crónicas de la Nada

Antigüedades

Antigüedades

Vive de lo que mucha gente tira.

No es que recoja basura, sino que le sabe dar un valor a esas cosas viejas o herrumbrosas que fueron de la bisabuela y que a veces tenemos arrumbadas en algún desván.

Si en casa son cachivaches, en su puesto, son antigüedades. Lo mismo hay un traje de charro que quizá uso Jorge Negrete, que un quinqué que alumbró el cuarto de alguna tatarabuela olvidada, o el yugo que usó la yunta a la que se le reventó el barzón.

Es un mundo lleno de objetos de historia cotidiana. Como la silla de ruedas hecha de madera, que tiene un gran atractivo porque la gente cree que es la que se uso en la película Nosotros los Pobres.

Cosas que pueden estar bajo la cama u olvidadas en el patio.

Una barrica de roble blanco yace junto a un enorme radio de los años cuarentas. Un sinfín de relojes de bolsillo siguen marcando las horas de los abuelos. Un toro de lidia sigue viendo el pasado, quizá burlándose porque sobrevivió al torero que lo mató.

Siempre habrá gente que guste de estos objetos viejos.

Claro, hay que saber distinguir entre un trasto viejo y oxidado y una antigüedad valiosa, porque a veces se confunden.

Aunque también, se transforman.

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