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Crónicas de la Nada

La Musa

La Musa

Hay días en que se acaba todo. La Musa anda escondida, buscando flores en el campo de su imaginación.

Es entonces, cuando hace un guiño de desconcierto, y se va.

Cualquier pretexto es bueno. Desaparece simplemente, y por más que la busco en los asientos del café, en el humo de un cigarrillo, o debajo de la almohada, no se deja ver.

Es traviesa, caprichosa. Le gusta sentirse deseada, y que la llame con voz suave.

Pero ahí, en su escondite, sólo sonríe, pero no se asoma.

Es caprichosa mi Musa.

De pronto, cuando estoy descuidado, llega de puntillas, pone sus manos en mis hombros, y luego, con una sonrisa callada, vuelve a huir.

No anda muy lejos, lo sé. Sólo quiere descansar, perderse en sus pensamientos, y volver a su niñez.

Ya volverá, con sus recuerdos listos para ser contados.

Y entonces, llenará mis palabras de inspiración.

 

27 octubre 2009

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