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Crónicas de la Nada

El mecánico y el cirujano

El mecánico y el cirujano

El mecánico estaba arreglando el motor de un poderoso auto.

Un Jaguar, capaz de correr a 300 kilómetros por hora por los caminos que pudieran soportarlo. Una máquina poderosa.

El hombre encendió el coche, y éste funcionó perfectamente, ni un sonido escapó de su motor. Sólo un suave ronroneo, como si el Jaguar fuera un minino juguetón. Pero al acelerar, el ronroneo se volvió un rugido impresionante.

En ese momento llegó al taller un cirujano. El mecánico lo reconoció al instante. Era el médico que hacía operaciones de corazón en el hospital donde él se atendía.

El doctor se acercó al auto, admirando su belleza y el poder que emanaba en su ronroneo.

-          Mire doctor- le dijo el mecánico- acabó de hacerle una operación en la que abrí su corazón, ví sus válvulas abiertas, reconstruí sus arterias, le volví a dar vida.

El médico calló. No sabía a dónde iba el mecánico.

-          Es algo así como las operaciones que usted hace. Pero yo cobró apenas una mínima parte de lo que usted cobra. Porque si en esencia hacemos lo mismo, usted puede cobrar tanto.

El cirujano sonrió, y se acercó a él.

-          Sí, en esencia es lo mismo. Pero intenta hacerlo con el motor en marcha.

El mecánico sonrió. El que sabe, sabe, ni hablar.

 

Octubre 21 de 2009

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