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Crónicas de la Nada

Un poco de poesía

Un poco de poesía

A Benedetti, que tantos momentos agradables nos dio.

Pongamos un poco de poesía en nuestras vidas.

No es necesario escribir poemas, para no devanarnos los sesos buscando la rima de las palabras.

Tampoco se requiere ser un conocedor de las palabras. Basta sentir un poco la poesía.

En la vida, dicen, todos tenemos un poco de músico, poeta y loco. Nos surge espontáneo, sin buscarlo.

No escribimos versos, ni narramos puestas de sol, ni hacemos cantos al amor o a la vida. Pero somos poetas, porque los poetas siempre son locos soñadores.

Cuando nos enamoramos nos volvemos locos, y por tanto poetas. Pero luego, la pasión se adormece, y olvidamos esa poesía que traemos dentro.

Vamos a buscarla y poner un poco de poesía en nuestras vidas.

Hay mil maneras, y cada quien encontrará la que mejor le apetezca. Poner un florero con alcatraces al centro de la mesa. Por gusto, nada más.

Una rosa en la solapa del traje, o en el bolsillo de la camisa. Una sonrisa en el rostro, un te quiero sincero, una mirada coqueta.

Dejemos que nuestra vista se pierda por la ventana, en la puesta de sol, o en el brillar de la luna. Que la inocencia de los niños nos alcance, y podamos jugar, rodilla en tierra, como cuando teníamos cinco años.

Pongamos un poco de poesía. Sazonemos con picardía la conversación de sobremesa, o lancemos un guiño a alguien que no conocemos.

Una caricia prohibida a quien amamos, y un beso lanzado al aire, a ver quien lo quiere atrapar.

Eso es poesía. El sentimiento que se deja volar.

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